viernes, 27 de marzo de 2015

La Deshonestidad... Victor Guedez

"La deshonestidad es otro de los obstáculos para la inclusión. El deshonesto no hace lo que dice ni dice lo que hace, en consecuencia, es un insensato que actúa con intereses subalternos y que utiliza distintas máscaras. Tampoco cumple lo que promete y promete lo que no puede cumplir. Carece de escrúpulos y convierte a los valores en instrumentos pragmáticos de sus expectativas egoístas. No es auténtico ni integro, ni transparente; en suma, es un ser sin ética. Por tal motivo, en lugar de autoestima ejerce la egolatría; en lugar de solidaridad asume la indolencia, y en lugar de la participación se reduce al pragmatismo. El deshonesto no es transparente, porque no dice la verdad, no es auténtico porque no vive la verdad, y no es integro porque no actúa conforme a la verdad. 

Octavio Paz sostenía que: 'La honestidad es el grado supremo de la sinceridad'. En consecuencia, la deshonestidad es el grado supremo de la insinceridad. Entre deshonestidad y corrupción no hay linea de separación. Por ello puede hablarse de que las tres peores formas de deshonestidad y corrupción son: primero, robarle dinero a la gente; segundo, robarles el tiempo; y, tercero, robarle la esperanza. De estas tres formas de corrupción, la peor es la tercera. El dinero se repone, el tiempo puede compensarse, pero la esperanza robada promueve una oquedad existencial irreparable. 

La deshonestidad es la expresión mas destructiva a la que recurren el farsante y, el demagogo, pues todo nace y muere con la esperanza. También la deshonestidad esta fuertemente enlazada con la desvergüenza. El deshonesto no tiene escrúpulos; por tanto, sus palabras y acciones son censurable. El jura a la ligera sin ningún remordimiento ni limite. Invoca a Dios sin esconder un tono de blasfemia. Además, ejerce el cinismo sin rubor, con lo cual nos recuerda la definición que al respecto ofrecía Octavio Paz: "El cinismo es la insolencia que se atreve" también insulta carece de respeto y capaz de todo con tal de alcanzar sus indignos intereses. El deshonesto no solo carece de reputación sino que no siente pena de carecer de ella. 

Kafka sostenía que la desvergüenza tiene ventajas. Sin embargo, esas ventajas terminan por convertir en víctima al victimario. La vergüenza es lo contrario de la desvergüenza. 

Con Jose Antonio Marina podemos recordar que la. vergüenza es el temor a ser sorprendido en el ejercicio de una falta. Cuando no se tiene nada que ocultar no se teme a ser mirado por otro". 

Victor Guedez
Extracto del libro "Etica, Política y Reconciliación"

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