Cincuenta años de fracaso han hecho
"recapacitar" a Raúl Castro quien desde tiempo atrás viene
advirtiendo el fracaso del modelo Castro cubano, mientras que Nicolás insiste
en seguir cometiendo diversos y reiterados errores.
Raúl y la banda de convenientes arrepentidos,
deciden corregir un camino de fracaso que les permitan enmendar una conducta de
opresión criminal con su pueblo. En tiempos de Dios, dan pasos importantes y
tratan de acelerar a un camino de apertura a la producción, al incremento
sustantivo de inversión extranjera y a recuperar y consolidar la confianza del
mundo de las divisas.
Mientras que Nicolás con conductas infantiles,
y no por infantiles dejan de infringir daños, se dedica a radicalizar la pelea
con los EEUU y retrocede en el nivel de la necesaria confianza; agrega un ex
gobernador ensayista de cómico y un malabarista industrial a las pretensiones
de motivar al mundo de la productividad y de las divisas con escenas de fábulas,
poco creíbles y difíciles de sustentar y sostener en el futuro cercano.
Raúl levanta esperanza en un necesitado y
expectante pueblo cubano, mientras que Nicolás desanima y causa desesperación
en el angustiado pueblo venezolano.
Hace apenas unos días Nicolás volvió con el
rayado disco de una Venezuela hermanada con los Castro y Cuba, y reafirma una
unidad que solo se manifiesta y concreta a la hora de exprimir y sustraer
recursos de los venezolanos. Raúl sin ningún complejo exhibe leyes y decretos
para atraer la inversión extranjera, entre ellas, condiciones especiales para
las inversiones extranjera en Cuba, que permiten que los impuestos cubanos
establecidos en el orden del 35%, se transformen en exoneración que van desde
08 a 10 años muertos y un impuesto posterior entre el 12 y 15% como en el caso
de la zona y puerto de Mariel.
No debe ser extraño para Raúl que el futuro de
Cuba será de crecimiento y mejoras económicas para los cubanos que con toda
seguridad serán más exigentes en el tema de la libertad de pensamiento, de los
derechos humanos y de los cambios políticos que estos traerán consigo.
Ante lo evidente no
es creíble que en Venezuela se camine como el cangrejo o se nos inmovilice
frente a tal realidad.
Pareciera que la necedad de no cambiar
estuviese motivada por oscuras razones a la que seguramente no escapa la
difícil situación de corregir la desbordada corrupción y temores a la entrega
de cuentas y reconocimiento de un fracaso del cual los únicos que no parecen
estar claros son Nicolás y sus Nicolasitos.
Para el resto de los venezolanos no hay dudas y
se hace necesario y urgente un cambio. Bien por la vía del referendo, la
enmienda o la renuncia, que a propósito no se obstaculizan entre si. Debería
abandonarse el tema de la más conveniente y afirmar el compromiso de ir
adelante con todas y con firmeza sin importar cual se dé primero, porque lo
importante es, que se logre el cambio que urge en el país.
A tal efecto debemos concretar en la sanción de
las leyes en trámites, entre ellas la Ley del Revocatorio y exigir con fuerza
al CNE la entrega de las planillas para la recolección de las firmas. Quizás si
la moral aflora y la inteligencia aparece alguien tomara la decisión correcta
para facilitar las cosas y hacer más fácil y menos traumática la posibilidad de
recuperar el país.
Lunes 28 de marzo de 2016
Movimiento Actívate con Venezuela
Director General: Lcdo. Edgar Luzardo Añez ( @eluzardo54 )
Director Institucional: TSU. Alexander Acosta Guerra ( @aaag1969 )
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