La mejor manera de comprender los alcances de la intimidación es recordando que los peores delitos son el secuestro y el asesinato. El secuestro porque es una privación represiva de la libertad de una persona, sin ningún propósito lícito. El asesinato porque es un crimen cometido con premeditación.
La tortura es al cuerpo lo que la amenaza es al espíritu. En la intimidación se mezclan la amenaza psicológica de muerte y la amenaza de muerte psicológica. Pues bien, a partir de estos significados podemos comprender las connotaciones de la intimidación, ya que en ella se combinan los peores significados del secuestro y del asesinato.
La intimidación es "secuestrar" la voluntad y es "matar" psicológicamente a la víctima. En la intimidación se conjugan la presión de una obligación y la radicalización de una amenaza. También ella expresa manipulación y degradación, así como violencia y prepotencia. Esta intensidad cruel de la intimidación fue registrada en una celebre exclamación de Napoleón: "Prefiero matar a mi pueblo que intimidarlo".
En el fondo, la actitud intimidadora resulta ser el expediente al que recurre quien algo teme. Bien lo dice el proverbio: "Debe temer mucho aquel al que muchos temen".
La tortura es al cuerpo lo que la amenaza es al espíritu. En la intimidación se mezclan la amenaza psicológica de muerte y la amenaza de muerte psicológica. Pues bien, a partir de estos significados podemos comprender las connotaciones de la intimidación, ya que en ella se combinan los peores significados del secuestro y del asesinato.
La intimidación es "secuestrar" la voluntad y es "matar" psicológicamente a la víctima. En la intimidación se conjugan la presión de una obligación y la radicalización de una amenaza. También ella expresa manipulación y degradación, así como violencia y prepotencia. Esta intensidad cruel de la intimidación fue registrada en una celebre exclamación de Napoleón: "Prefiero matar a mi pueblo que intimidarlo".
En el fondo, la actitud intimidadora resulta ser el expediente al que recurre quien algo teme. Bien lo dice el proverbio: "Debe temer mucho aquel al que muchos temen".
Víctor Guedez
Extracto del libro "Ética, Política y Reconciliación"
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